Muchos vomitan al cantar

7/10/2024

Esta semana me ha escrito una chica que se cansa mucho cuando canta.

Dice que le duele en un sitio muy particular.

 

Con solo decirme el sitio ya supe qué le pasa.

No porque sea muy listo, sino porque es un problema muy recurrente en cantantes.

 

Te cuento:
 

En la parte más alta de la garganta hay un hueso.

Se llama hioides.

 

Tiene varias funciones:

 

           –      La primera es mantener la garganta abierta.

                  Así los cartílagos de la garganta no se puedan doblar.

                  Y evita que nos ahoguemos, básicamente.

                  (Es en el que pega Jackie Chan en sus películas y ya sabes como acaban)

 

           –      Otra de las funciones es unir la garganta a otras estructuras.

                  Así puede moverse arriba y abajo.

 

                  Hay varias más.

                  Pero de lo que va la historia de esta chica:

           –      Relacionarse con la mandíbula.

 

 

Esa relación da lugar a dos funciones muy básicas:

       –      Abrir la boca.

       –      Tragar y/o vomitar.

 

 

La cosa es que las dos no pueden ocurrir al mismo tiempo.

O abres la boca, o tragas.

 

De hecho si ahora mismo tragas saliva. (hazlo)

Verás que la boca tiende a cerrarse (los dientes se juntan).

Son dos funciones incompatibles.

 

Ya, ya… si ahora te esfuerzas y lo intentas y aprietas hasta las pestañas, se puede tragar con la boca abierta.

Todo es posible mientras le eches narices.

jajaja

Pero no se trata de eso.

 

Cuando abrimos la boca la musculatura que une ese hueso con la mandíbula se activa.

Y entonces la mandíbula es arrastrada hacia el hueso.

A la vez, necesitamos que algo sostenga el hueso en su sitio.

De eso se encarga la faringe, que une el hueso con la columna vertebral.

 

En cambio, cuando vomitamos o tragamos, la mandíbula queda fija.

Y la misma musculatura que abre la boca, ahora arrastra el hueso.

Toda la garganta se desplaza hacia arriba y adelante.

En dirección a la barbilla.

Lo hace para que lo que tragues pueda pasar por detrás de la garganta hacia el esófago.

 

Puedes buscar una foto de todo en google y lo entenderás mejor.

Pero en resumen, si pasas de anatomía:

 

Cuando abrimos la boca necesitamos que el hueso se quede en su sitio.

En cambio, cuando tragamos, necesitamos que la mandíbula se quede en su sitio.

 

Así que o abres la boca o tragas, las dos no.

Bueno, realmente pueden.

Esa es parte del problema.

 

Volviendo a la chica.

Si cuando cantamos no está bien clara la diferencia entre las dos funciones, el sistema entra en contradicción.

E intenta tragar y abrir la boca a la vez.

Como no es posible se lía parda.

 

Entonces empiezas a notar ese dolor o cansancio en la zona de la papada.

Donde el cuello y la papada se juntan.

Esa sensación como de bola.

De techo cuando cantas agudo.

Es agotador.

Incluso hay gente que le dan tirones, o que después de cantar tragan con dificultad.

 

Hay taaaaaantos cantantes que sufren de esto…

No tiene nada que ver con la lengua.

Nada de nada.

Que dejen las lenguas tranquilas, que pagan justos por pecadores.

 

Exploramos esto en el curso BASE.

De hecho, uno de los seis módulos lo dedicamos exclusivamente al hueso hioides y el suelo de la boca.

Todo el resto es indispensable también y de hecho ayuda con esta historia.

 

Empieza el 4 de noviembre.

Aun tienes tiempo. 

Pero no te duermas porque cuando cubra el cupo cierro.

 

Si quieres aflojar tu hueso y dejar de vomitar cantando te dejo el link aquí:

 

curso BASE de FVT©

 

P.D.1: Hablo de “una chica” porque no quiero revelar su nombre. Además tiene un nombre particular. Precioso por cierto. Pero así cuento lo interesante de la historia y nadie sabe de quién hablo.

P.D.2: A la que haya hecho un par de clases con ella te cuento como sigue. 

P.D.3: Si te pasa lo mismo que a ella o lo que explico en el email, considera el apuntarte al curso. Todos los alumnos que han participado en las ediciones anteriores tenían este problema en mayor o menor medida. Los que lo notaban están felices y los que no también. Porque cuando lo sueltas notas una libertad que no habías sentido nunca antes.