Ya hace años que se ha demostrado que la repetición y la práctica no son elementos centrales del aprendizaje.
Se ha estudiado qué procesos sigue el cerebro para aprender tareas motrices, acciones que implican el movimiento como la voz.
Esta disciplina se llama neuroaprendizaje motriz o neuroaprendizaje funcional.
Consiste en una serie de principios que nos permiten generar aprendizaje de una forma muy efectiva y que da rápidos resultados.
Se trata de aplicar los principios que dirigen el desarrollo cuando somos bebés.
Ahí reside su potencia, porque se percibe orgánico y es conocido para nuestro sistema nervioso.
En definitiva, el cerebro organiza todas las acciones que llevamos a cabo y coordina todas las estructuras necesarias para ello.
Todas las acciones están registradas en nuestra corteza cerebral.
La intención de hacer cualquier cosa activa ese registro y “el programa” se activa para realizar la acción.
Imagínate que quieres coger algo que está encima de la mesa.
Tienes esa intención.
El cerebro dispara el programa de “alcanzar” y lo organiza todo.
La mano, los dedos, el brazo, el torso, la cabeza, la vista, el peso en la pelvis, etc. se ponen de acuerdo y alcanzas lo que quieres.
Es así de simple aunque muy complejo.
Para grabar esos programas necesitamos experimentar, es la única forma. Como hace el bebé durante los tres primeros años de vida.
Esa exploración consiste en descubrir las estructuras necesarias y lo que deben hacer. Entonces las coordinamos y llevamos a cabo la acción.
En cuanto lo logramos, ese nuevo programa queda registrado automáticamente y nunca más se olvida.
¿Recuerdas cómo aprendiste a montar en bicicleta?
Te subiste en el sillín y cogiste el manillar.
Te parecía imposible levantar los pies del suelo y no pegarte una leche.
Pero en poco tiempo, probando conseguiste mantenerte en equilibrio y arrancar.
Al poco podías ir en bicicleta prácticamente como lo haces hoy.
Y lo más importante aquí: una vez sabes montar en bicicleta, nunca más puedes volver a no saber ir en bicicleta.
Así funciona el aprendizaje funcional de la voz.
Imagínate la potencia y lo eficiente que es para aprender a lo que llaman “técnica vocal”.
– Siguen practicando ejercicios y vocalizaciones constantemente para mantener sus beneficios en el tiempo.
– Suelen padecer limitaciones vocales desde hace años. Esto les lleva a creer que es cuestión de talento o poco trabajo, y en los casos más difíciles lo atribuyen a características anatómicas.
– Muchos profesionales viven con la incertidumbre de si tendrán la voz lo suficientemente bien para trabajar con tranquilidad, o si serán capaces de cantar después de simplemente haber salido a cenar la noche de antes.
– Además suelen tener que trabajar en su voz cada día para “tenerla en forma” y no perder la colocación y su capacidad de proyectar.
– Los hay que han estudiado anatomía y conocen todas las estructuras y los efectos que tienen en la voz, pero aun así no encuentran la forma de que su voces no sean inestables o quebradizas.
– Suelen sufrir tensiones incómodas, fatiga después de usar la voz, o incluso pueden lesionarse.
– No necesitan hacer ejercicios, ni practicar mucho tiempo para sentirse en forma vocalmente. Realizan exploraciones con pequeños movimientos. De esta forma su sistema nervioso es capaz de detectar formas mejores de funcionar y las integra inmediatamente.
– Su voz tiene regularidad y está disponible. Esto les da tranquilidad y seguridad.
– Como usan su voz con facilidad, no la sobrecargan. Y pueden ser capaces de reconducir las limitaciones que surjan en un momento determinado.
– No necesitan cancelar actuaciones por un resfriado. Son capaces de reorganizar su voz y sacar el trabajo adelante.
– No necesitan hacer calentamientos. Con hablar y cantar unos pocos minutos, terminan de ajustar sus sensaciones.
– La anatomía no es el eje central del uso de su voz. El conocimiento teórico es solo el resultado de haber comprendido lo que ya han experimentado e integrado.
– Gracias al trabajo funcional pueden ser eficientes y se deshacen de tensiones enquistadas.
Un método que une la neurociencia con la técnica vocal.
✓ Integra la neurociencia para mejorar y desarrollar habilidades de la voz.
✓ Son lecciones 100% prácticas.
✓ Sus alumnos pueden explorar su propia voz desde el lenguaje del sistema nervioso.
✓ Como parte de la experiencia de cada uno, no importa el nivel de conocimiento previo que tengan los alumnos, todos pueden mejorar sus competencias de una forma sencilla y eficiente.
✓ Sus alumnos pueden ser capaces de eliminar sus tensiones, incomodidades o limitaciones vocales por medio de pequeñas exploraciones que se integran de manera automática.
FVT ha sido un gran descubrimiento.
Antes me pasaba la vida intentando dar notas que no llegaba. Me frustraba y me enfadaba porque no me salían y entonces forzaba para hacerlas y me quedaba afónico.
Con este trabajo he aprendido a no juzgarme y a experimentar. Solo me guío por lo que es fácil y voy buscando sin ansia y cuando menos me lo espero lo encuentro y pam doy la nota.
Experimentar en mi propio cuerpo es lo que mejor me ha funcionado para encontrar respuestas.
He terminado este curso y creo que lo repetiré porque me ha supuesto una gran mejora a la hora de cantar. Pero también en mi día día.
Dando clase me solía pasar que las filas del final no me escuchaban y ahora me oyen perfectamente.
Ha sido un proceso muy bonito de autoconocimiento no solo a nivel de voz. Me ha hecho entender realmente cómo funcionamos a nivel de todo lo que hay implicado detrás de este instrumento que tenemos aquí dentro.
Otra cosa muy chula del proceso es que ves resultados de mejora muy rápido, en un tiempo muy cortito hay mucho cambio para bien.
Acabo de terminar el segundo nivel de Functional Voice Training y la verdad que fue muy liberador. Me di cuenta que siempre estuve muy atrapado por la técnica y aun así tenía lesiones. Ahora veo que estuve luchando contra mi propia voz.
Siento que con este método me curé. He aprendido a gestionarme y a buscar caminos más fáciles. Entendí qué es lo que me pasa a mí y a ser un poco más empático también con los demás.
He vuelto a disfrutar y estoy sorprendido de lo que puede llegar a hacer mi cuerpo.
Javi, has sido un gran descubrimiento.
Llevo más de 30 años dedicándome al doblaje y cantando y he experimentado con muchos métodos pero casi todos se basaban en la respiración, en el aire, en el control del diafragma, ejercitar escalas…
Con tu método he sustituido todos estos patrones viejos, que en el fondo me provocaban tensión y esfuerzo, por patrones de conciencia de mi posición corporal, de mi mandíbula, de mi lengua, de mi faringe.
Qué espacio mágico la faringe, la voz toma una proyección sin esfuerzo. Ya lo dices tú, menos es más, y eso me ha abierto dimensiones que no conocía.
He hecho muchos cursos de anatomía que eran prácticos porque se supone que si conoces todas las partes de tu instrumento las puedes usar mejor.
Pero llegó un momento que me saturé.
Cada vez que cantaba intentaba controlar las partes, era como una obsesión.
Primero que no funcionaba y segundo que dejé de comunicar y saber qué decía.
Gracias al método he podido reorganizar la concepción de mi propia voz. Ha desaparecido la frustración de intentar controlar todas las partes. Solo necesito conectar con el mensaje y la música y mi voz se organizan orgánicamente.
Lo que más valoro de los cursos de FVT es que las exploraciones son lo suficientemente abiertas como para descubrir cosas que nunca me hubiera imaginado que podía sentir, y a la vez lo suficientemente concreto como para seguir la exploración y luego poder practicarlo para integrarlo en mi forma cantar sin volver a sentirme perdida o saturada.
Y, además, ahora soy capaz de entender mi voz y también las de mis alumnos.
Como profe es un aprendizaje que no tiene precio.